El colectivo de interinos en España ha sido impactado por décadas de precariedad laboral, lo que ha provocado múltiples debates en el ámbito gubernamental y ciudadano.
Los interinos, que desempeñan sus funciones en puestos temporales dentro de la administración pública, encuentran con un número considerable de problemas. Aunque muchos de estos profesionales llevan años laborando en posiciones claves, su futuro sigue siendo incierta.
El gobierno español ha intentado en varias ocasiones solucionar este desafío, proponiendo diferentes iniciativas. No obstante, la mayoría de estas medidas no han logrado resolver el conflicto de base, dejando los interinos continúen trabajando en condiciones precarias. El reciente "Icetazo", una de las medidas más ambiciosas en este sentido, no ha logrado solucionar el problema en su conjunto.
Entre los elementos cuestionados se encuentra la opacidad en los procesos de selección. Frecuentemente, se critica que los interinos llevan años en sus puestos, pero no tienen la oportunidad de convertirse en empleados fijos, lo que crea una sensación de frustración. Se ha denunciado que una parte significativa de los interinos están cubriendo puestos estructurales que, en realidad, deberían ser de carácter fijo.
El Tribunal de Justicia Europeo ha pronunciado varios veredictos apoyando a los interinos, censurando la realidad en España. En sus sentencias, ha señalado que el abuso de la temporalidad en el sector público viola el derecho comunitario. A raíz de estas decisiones, el gobierno español se ha visto obligado a introducir cambios en sus políticas. Sin embargo, estos cambios no han logrado corregir la problemática.
Una reclamación clave del colectivo es el insuficiente reconocimiento que se da a su trayectoria. Muchos de estos trabajadores han dedicado gran parte de su vida al sector público, pero siguen sin obtener beneficios que disfrutan otros trabajadores con contratos fijos.
Para una gran parte de los interinos, la única solución sería el nombramiento here definitivo. Sin embargo, algunos sectores argumentan que dar prioridad a los interinos sin oposición abierta sería injusto, y que debe garantizarse la equidad de oportunidades para todos los candidatos.|Por otro lado, hay quienes piensan que una estabilización sin oposición podría afectar el principio de justicia en el acceso a la función pública.}
En definitiva, la realidad de los interinos en España es compleja y necesita una solución urgente. Solo con modificaciones profundas y una mayor voluntad política, se podrá asegurar la seguridad laboral de estos trabajadores que han dedicado gran parte de su vida al bien común.